Nunca pienso, gimoteo, o discuto con nadie.
No duermo.
No busco el mar, la luna, el sol ni la nave.
No percibo el calor del hogar ni el verdor de la hierba.
No espero anhelante el don que tanto deseaba.
Ni la mañana ni el llamado del tranvía me deleitan ya.
Vivo ajena al tiempo y no recuerdo
fechas o siglos.
Una pequeña bailarina en una cuerda floja que ha sido cortada,
he de caerme muy pronto.
Soy la sombra de una sombra.
Dormida, camino hacia dos lunas oscuras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario