Mariela tiene una arriesgada obsesión por las alturas que la lleva, día tras día, a tentar a la gravedad. Vive continuamente en la cuerda floja, sin temor a caer.
Como los pájaros, ella también sabe de tejados, de cornisas, de barandillas de balcón y de tendederos.
Como los pájaros, Mariela ha decidido posarse hoy en el cable de la luz.
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